Primer vuelo en Mallorca
Esta mañana has pensado que te gustaría ir al norte, a Santiago de Compostela a pasar unos días. Es sencillo, te sientas delante del ordenador, accedes a la página de alguna compañía aérea y te compras un billete. Rápido, fácil y barato. Desde que hay compañías “low cost” volar se ha popularizado muchísimo. Pero hace unos años volar era un lujo, y antes que eso había sido toda una aventura e incluso un espectáculo circense. En este post os hablaremos del primer vuelo en Mallorca.
Antecedentes
En el año 1903 los hermanos Wright realizaron en EE.UU. lo que se considera el primer vuelo de un avión en la historia. A principios del siglo XX el mundo cambiaba a toda velocidad y cualquier nuevo invento, el automóvil, la motocicleta, el teléfono, y por supuesto los aviones, evolucionaron y se expandieron muy rápidamente. Se considera que el valenciano Juan Olivert Serra fue quien el día 5 de Septiembre de 1909 hizo el primer vuelo a motor en España
Nosotros también queremos verlo
En 1910 ya se habían celebrado algunas demostraciones de aeroplanos tanto en Valencia como en Barcelona, y los mallorquines sintieron mucha curiosidad por esos nuevos aparatos.
En ese mismo año la Cámara de Comercio de Mallorca, queriendo promover la economía y el turismo, organizó para el mes de Junio una exposición de productos de Baleares. Para atraer a más público se organizó paralelamente la “Semana Deportiva”, que incluiría un evento muy especial: presentación y vuelo de un aeroplano por primera vez en Mallorca.
Llega el piloto
El valiente piloto, el francés Julien Mamet, y su máquina, un Blériot XI, llegaron a Palma en barco desde Barcelona. El vuelo inaugural estaba planeado para el dia 28 de Junio, en el Hipódromo Balear (Finca Son Maciá – Pont D’Inca), ante las autoridades locales, la prensa y unos pocos invitados. Por la tarde del dia 28, Mamet sube a su aparato y sus mecánicos le ayudan a poner en marcha el motor. El avión despega sin problema y vuela brevemente sobre el Pont D’Inca y alrededores. Esto maravilla a los asistentes, pues el Bleriot XI no es más que un conjunto de listones de madera y telas, con unas ruedas de bicicleta y un aspecto bastante rudimentario.
Primer vuelo en Mallorca, el gran día
Para el día siguiente, 29 de Junio, estaba previsto otro vuelo para el público en general y toda la zona se colapsa. La gente está muy animada, los trenes estaban abarrotados, la carretera de acceso llena de coches, carros, jinetes a caballo, personas a pie o en bicicleta… lo importante es poder ver cómo el aeroplano es capaz de volar. A las 6 Mamet saca el aparato del hangar que se ha instalado en el hipódromo y le hace dar una vuelta por toda la pista, para que la gente pueda verlo bien. La expectación es enorme y el público está impaciente.
Cuando llegan al costado norte, el piloto sube al aparato y sus mecánicos hacen girar la hélice de madera. El motor arranca, la hélice silba, el momento se acerca. El monoplano va correteando por la pista y tomando velocidad. Cada vez corre más y al cabo de unos metros se eleva sobre el suelo… ¡VUELA! ¡VUELA! El público estalla de alegría y emoción.
El aeroplano vuela sobre Son Maciá, sobre el Pont D’Inca y pasa sobre el hipódromo lanzando flores sobre la multitud, que aplaude fervorosamente. Quizás está volando entre 100 y 125 metros de altura. Ya en la parte sur efectúa algunas maniobras a izquierda y derecha y se va acercando de nuevo a la pista. No falta mucho, algunos cientos de metros, pero el avión va descendiendo con rapidez y ya no vuela muy alto. Ha volado casi 10 minutos pero de repente desaparece tras unos árboles, algo ha pasado.
Se acercan varias personas y se confirma el susto, el avión se ha estrellado contra el suelo. Parece ser que el motor ha ido perdiendo fuerza y al volar cerca de los árboles alguno de los cables del timón se ha enganchado con una rama haciendo capotar al avión. La hélice ha quedado completamente destrozada y el avión tiene muchos desperfectos. Nuestro héroe, sin embargo, ha tenido suerte, y ha salido indemne del accidente.
El público satisfecho
A pesar del percance, el público ha quedado satisfecho y maravillado con el artefacto y la valentía del piloto. Al acabar la jornada, el gran tema de conversación era la exhibición aérea y la proeza de Julien Mamet.
Al día siguiente, 30 de Junio, regresa a Barcelona con la promesa de volver a Mallorca para dar otra exhibición. Nunca llegó a hacerlo, pero su hazaña ya ha quedado en nuestra historia.