Conquista musulmana de Mallorca
¿Te dicen algo las palabras Sulyar, Muruh o Manaqur? Quizás te parezcan nombres un tanto extraños pero que vagamente te suenan de algo. Y no te equivocas, porque corresponden a Sóller, Muro y Manacor tal como llamaban los árabes a estas poblaciones durante su dominio de Mallorca. En este post hablaremos de la conquista musulmana de Mallorca.
Antecedentes
En el año 632 (d.C.) murió el profeta Mahoma, y para entonces el islamismo ya había tomado mucha fuerza. Se inició entonces toda una época de expansión del Islam hacia oriente y occidente. En el año 711 los musulmanes entraron en la Península Ibérica, que poco a poco fueron conquistando casi en su totalidad.
Años de cierta libertad
Mallorca continuó viviendo sin estar directamente bajo el poder musulmán, aunque la influencia del Islam se iba notando cada vez más. Antes de ser conquistada definitivamente por los musulmanes, recibió algunos ataques puntuales tanto de éstos como de los vikingos. Pero, aunque fuertemente saqueada en varias ocasiones, nuestra isla siguió organizándose de manera más o menos independiente durante casi 200 años.
Año 903
En una peregrinación hacia La Meca, Isam al-Jawlani recaló con sus naves en Mallorca, donde se quedó algún tiempo. Posteriormente, tras regresar de su viaje, obtuvo el permiso del emir de Córdoba para atacar y conquistar la isla. No hay que olvidar que Córdoba era entonces la ciudad más avanzada e importante de todo occidente. Y sin mayor problema al-Jawlani se hizo con Mallorca, que de alguna manera estaba muy abandonada, pues tanto sus ciudades como el campo estaban muy despoblados.
Una época de reconstrucción
Este primer valí (gobernador), Isam al-Jawlani, mandó construir mezquitas, baños y otros edificios, además de hacer venir musulmanes de la península para ir repoblando y organizando Mallorca. Esta época bajo el poder del emir de Córdoba, fue de estabilidad y duró unos 100 años, con 5 gobernadores diferentes.
Poder musulmán, pero con muchos cambios
Después de formar parte del emirato de Córdoba, Mallorca pasó a manos del Reino de Taifa de Denia. Más tarde, en 1086, el gobernador de la isla, al-Murtada, se proclama emir independiente. A esta efímera época le sigue la dominación de los almorávides, y después de los almohades, todos ellos musulmanes pero de distintas facciones y etnias dentro del Islam. La dominación musulmana acabó en 1229 con el ataque y conquista de la isla por parte del rey cristiano, Jaime I de Aragón.
El campo y la ciudad
Los 326 años de poder musulmán imprimieron cambios en Mallorca, la gestión del campo mejoró mucho, pues se organizó toda una importante red hidráulica para el riego. Esto permitió cultivar todo tipo de hortalizas y frutas, incluso hubo plantación de algodón, arroz y viña. Esta última no para elaborar vino, algo prohibido por el Islam, sino para hacer uvas pasas que empleaban en su cocina. La isla estaba dividida en 13 distritos y el campo se organizaba en fincas, llamadas alquerías y que pertenecían a clanes familiares. La ganadería destacó por la gran cantidad de ovejas que se criaban y por los mulos, que incluso se exportaban.
La ciudad solamente era una, Madina Mayurqa (Palma), con gentes dedicadas al comercio, y se dice que también a la piratería. Se calcula que pudo haber unas 27 mezquitas y hasta 25.000 habitantes, lo que en su época representaba ser una de las 10 ciudades más pobladas de Europa occidental. El palacio de la Almudaina era el centro del poder y en la ciudad había artesanos dedicados a la cerámica, el calzado, metalúrgia y sedería.
Vida intelectual
Mallorca tuvo bajo los musulmanes una época de gran esplendor cultural y destacaron los poetas, filósofos, gramáticos, historiadores, y juristas. Muchos reconocidos maestros mallorquines salieron de la isla para impartir sus conocimientos en las grandes ciudades de la época, seguramente incluso a las orientales Damasco y Bagdad.
Legado
La brutal conquista cristiana de la isla en 1229 arrasó prácticamente con todo lo que había y hoy en día prácticamente no nos queda nada más que algunos pocos restos arqueológicos, unas pocas partes de la Almudaina y los baños árabes en la ciudad de Palma. Sí que nos quedan muchos nombres geográficos (Alaró, Binissalem, Biniali…), muchos apellidos (Alomar, Binimelis, Bennassar…) y posiblemente muchas trazas en la genética de los mallorquines actuales.
Realmente es una lástima el no haber podido conservar más cosas de esta época, tras la conquista musulmana de Mallorca, que fue verdaderamente avanzada, rica y floreciente.
Muchos pueblos de Mallorca han heredado su nombre precisamente de esta cultura musulmana. Un buen ejemplo es Binissalem. Conoce algo de este pueblo mallorquín tan conocido por sus vinos de calidad. Sigue el enlace: Binissalem es tierra de vinos