Archiduque Luis Salvador

Palma de Mallorca es una ciudad mediana, con unos 450.000 habitantes. Obviamente tiene muchas calles, algunas con nombres de regiones de España, o de ríos, o de diferentes personajes. Y entre estas calles importantes de la ciudad y dedicadas a un personaje histórico destaca ésta del ensanche: “Archiduque Luis Salvador”. Pero… ¿quién era el archiduque Luis Salvador? Y sobre todo… ¿por qué tiene una calle en Palma con su nombre?

Hoy nos acercaremos a este personaje histórico y veremos su relación con Mallorca.

 

Hombre peculiar y nombre peculiar

Estamos a finales del S XIX. Imaginaros que paseando cerca del puerto os encontráis con un hombre alto, grande, con barba y  vestido con un chaquetón oscuro y gorro de capitán.

Y rodeado por un grupo de personas muy variopintas: payeses mallorquines, un turco vestido a la oriental, una miss inglesa, una mora, un abate francés, además de griegos, italianos y rubios adolescentes austriacos. También pintores y artistas, cada uno de ellos con sus estrafalarios atuendos. Todo ello acompañado de un sinfín de baúles y pertrechos varios.

Y es que así viajaba el archiduque y así era su séquito, con lo que no es de extrañar que muchas veces les confundieran con un grupo de saltimbanquis del circo.

Pero nuestro protagonista es algo muy distinto, pues pertenece a la realeza y tiene un nombre muy peculiar.

Luis Salvador María José Juan Bautista Domingo Raniero Fernando Carlos Zenobio Antonio de Habsburgo-Lorena.

  

Los Habsburgo / Austrias

Entonces ¿quién era el archiduque? Tal como indica su nombre, un miembro de la casa real de Habsburgo, que tuvo su dominio en muchos lugares de Europa (Austria, Hungría, Croacia, Bohemia, Inglaterra, algunas zonas de lo que después fueron Italia o Alemania e incluso México).

Los Habsburgo también estaban emparentados con la dinastía que desde 1516 reinó en España (también en Portugal  durante algunos años) y que aquí fue conocida como la “casa de los Austrias”.

 

Nacimiento y vida en la Toscana

El maravilloso palacio Pitti de Florencia fue donde nació el archiduque en 1847. Un lugar perfecto para apreciar las artes y la cultura.

Fue un niño muy activo, indisciplinado y nada amante del protocolo típico de los palacios.  Disfrutaba más de las maravillas de la naturaleza, los árboles y flores de los jardines, los pájaros que tenía en diversas jaulas, los caballos, y sobre todo de un grupo de monos que eran su diversión principal.

En 1859 hubo una revolución que acabó con el Ducado de Toscana y su familia al completo tuvo que huir de Florencia.

 

Llega a Mallorca

En el verano de 1876 y a bordo del buque “Jaime II”, que había salido desde Valencia, el archiduque llega por vez primera a Mallorca.

Aquí quiso pasar desapercibido y no reveló su auténtica identidad, y se presentó simplemente como “Luis, conde de Neudorf”. Una de las razones podría ser su carácter sencillo, y otra muy importante, el querer, de alguna manera, huir de la corte imperial en Viena.

Durante su estancia se dedicó a visitar lugares históricos, bibliotecas, y también los pueblos y montañas de la isla. Tomaba notas sin parar y dibujaba lo que iba viendo. Llegó a Valldemossa y le impresionó especialmente toda la parte montañosa hasta Deiá y Sóller.

 

Regresa a Mallorca

Después de estar un tiempo en la isla, volvió a Viena. Sin embargo, Mallorca lo había cautivado y decidió alquilar la casa de los condes de Formiguera, en la calle de la Portella, muy cerca de la Catedral de Palma.

Desde allí organizaba sus expediciones por la isla, y trabajaba en el proyecto de su libro. Recopilaba informaciones sobre las calles, monumentos, paisajes y costumbres. Además de los textos, unos preciosos  dibujos hechos a mano y algunas fotografías completarían la obra.

No le gustaba nada el protocolo de las casas señoriales y sin embargo, se mezclaba sin problema con la gente sencilla. Especialmente cuando en sus investigaciones tenía que alojarse en cualquier posada que encontrase en los pueblos.

En esta etapa compró la finca de Miramar en la Serra de Tramuntana. Sus espectaculares vistas hacia el mar lo unieron definitivamente a Mallorca.

 

Compra de las fincas

A la compra de Miramar le siguieron  Son Galcerán, Son Gallard, Son Ferrandell, Son Moragues, Son Gual, Son Marroig, Sa Pedrissa, S’Estaca… y finalmente prácticamente se hizo el propietario de toda la costa montañosa entre Valldemossa y Deiá.

Esto fue una bendición para la zona,  pues el archiduque protegió celosamente la flora, la fauna y todo el ecosistema. Además hizo construir miradores, caminos empedrados y puso en valor la Serra de Tramuntana, que hoy en día es patrimonio mundial de la UNESCO.

Especialmente interesante es el “Camí de S’Arxiduc” un camino con unas vistas espectaculares, una excursión que arranca en Valldemossa y que no hay que perderse.

 

Amistades de todos los colores

A visitarle a Mallorca vinieron artistas, pintores, literatos y científicos de renombre internacional, y también miembros de la realeza, como por ejemplo el Gran Duque Vladimiro de Rusia o la Infanta Isabel de España. A todos los recibía con gran cordialidad y en un ambiente poco protocolario, pues él siempre prefería la sencillez y naturalidad.

 

Nixe, el barco del Arxiduc

El Nixe

Aunque el archiduque tuvo mansiones en Austria, Francia, en Italia, e incluso en Egipto, en muchas ocasiones consideró que su verdadero hogar era su buque, el Nixe. Porque con él estuvo viajando durante años por todo el Mediterráneo, como un auténtico nómada. El Nixe era su base de operaciones, su despacho itinerante y a la vez su casa y un pequeño museo cargado de todo tipo de recuerdos de sus travesías.

El Nixe era un elegante barco a vapor, de 3 mástiles y 51,68 metros de eslora, aunque tuvo un final trágico, pues en 1893 delante de las costas de Argelia. El archiduque no iba a prescindir de lo que más apreciaba, su buque y sus viajes. Así que pronto hubo un Nixe II, algo más pequeño, pero igualmente elegante con sus 48,77 metros de eslora y 3 mástiles.

 

Trajes típicos de Mallorca, en un grabado de Die BalearenDie Balearen

El archiduque era un hombre cultivado, un investigador y erudito que escribió una cincuentena de libros en diferentes idiomas, de viajes, de geografía, de etnografía e incluso de poesía. Muchos de ellos inspirados en las travesías que, a lo largo del Mediterráneo, hizo en el Nixe.

Y dentro de todas estas publicaciones, se considera como su obra cumbre a “Die Balearen”. Una verdadera enciclopedia sobre las Islas Baleares donde se cubren aspectos geográficos, culturales, y socioeconómicos de nuestras islas. Los textos están muy bien documentados y las ilustraciones, hechas a mano, son una auténtica maravilla.

 

Agradecimiento al Archiduque Luis Salvador

Fue a la vez un aventurero, un investigador y un alma sensible que supo entender la extraordinaria belleza de la Serra de Tramuntana y de Mallorca en general. Nos dejó un legado por el cual los mallorquines le tenemos que estar eternamente agradecidos.

Ahora ya podemos entender por qué tiene en Palma una calle con su nombre: Archiduque Luis Salvador.