Coronat – la moto de Mallorca
Hay una frase en latín que es muy ilustrativa: “Natura non dat, Salamanca non prestat” (Lo que la Naturaleza no da, Salamanca no lo otorga). Lo que viene a decir es que, a quien la naturaleza no le dio ciertas facultades (inteligencia, inventiva, buena oratoria etc), aun cuando se gradúe en la mejor universidad, tampoco las obtendrá.
Pero también existe justo lo contrario, aquellos que sin haber pasado por una gran escuela o universidad tienen una inventiva genial.
Es el caso de Jaume Llobera Morro, sin estudios de ingeniería pero con una mente creativa impresionante y que, además de muchos otros inventos, diseñó y fabricó en Mallorca la moto Coronat.
El personaje
Nació en 1912 en Inca, un pueblo en el centro de Mallorca y lugar que tenía mucha tradición en la fabricación de zapatos. Jaume Llobera dedicó su vida profesional al mantenimiento y reparación de maquinaria para la industria del calzado, pero su imaginación y capacidades iban mucho más allá. Diseñó y fabricó varias máquinas que agilizaban mucho los procesos de hacer los zapatos, y no se quedó ahí, pues también mejoró un tipo de hélice de barco además de otras muchas invenciones. Su familia era conocida en el pueblo con el sobrenombre de “Coronat”, que fue el que le dio a su proyecto estrella, una moto muy avanzada para su época.
Epoca
En los años ’50 España ya iba superando las calamidades de la posguerra, la economía se iba dinamizando y la gente necesitaba de mayor movilidad personal. Los coches resultaban prohibitivos pero las motos, y los scooters, una solución ideal, práctica y económica. En todo el país surgieron infinidad de emprendedores e industriales que se decidieron a fabricar motocicletas. Hubo modelos de todo tipo, unos mejores, otros peores, algunos con motores de importación y, muchos, fruto de la ilusión por un proyecto empresarial que tenía que dar muy buenos beneficios. Pero en muchos casos les faltaba una buena planificación comercial, financiera, o incluso técnica, y a la larga desaparecieron.
La moto, el proyecto
Jaume Llobera también vio la gran oportunidad del momento en la venta de motocicletas. Y se lanzó a diseñar y fabricar una de alta calidad, muy superior a cualquier otra de producción nacional, sería la Coronat.
Para los que no son muy aficionados al motociclismo, esta máquina les podrá parecer otra moto antigua más, pero los amantes de la técnica podrán apreciar soluciones técnicas muy avanzadas para su época. Algunas de ellas que sólo marcas o modelos actuales de alto rango utilizan. Aquí lo veremos.
La técnica
*Chasis
Lo habitual en la época era un entramado a base de tubos soldados, pero la Coronat optó por la chapa estampada. Una forma en “H”, autoportante, en la que el mismo motor es parte de la estructura.
*Motor
Por aquel entonces, años ’50, la inmensa mayoría de marcas que surgieron en España utilizaron sencillos motores de 2 tiempos, muchas veces comprando estos motores en el extranjero o simplemente copiándolos. Era lo más económico. Jaume Llobera fue mucho más aventurado, y no sólo diseñó, sino que fabricó su propio motor, un sofisticado 4 tiempos.
Este motor contaba con 200 cm3, una potencia de unos 10 caballos y un cambio de marchas con 3 velocidades. Todo esto le permitía una velocidad máxima de unos 110 kms por hora con un moderado consumo de unos 2,5 litros de gasolina.
*Cambio y transmisión
El cambio de 3 velocidades se acciona con el pie izquierdo, pero nuevamente lo asombroso de esta invención, es el sistema de transmisión. Lo más corriente era, y sigue siendo, una cadena que lleva la fuerza del motor a la rueda trasera. Pero la Coronat fue diseñada con un árbol de transmisión piñón – corona trasera. Algo similar a lo que llevan los coches, y que resulta mucho más limpio y de menor mantenimiento que la típica cadena.
*Basculante
Quizás lo que más llama la atención a la vista es el conjunto de motor, caja de cambios y brazo basculante, que aloja en su interior la transmisión. Todo ello forma un monobloque, sólido, muy integrado y funcional y que le da a la Coronat un diseño muy limpio y moderno.
*Suspensión trasera
La suspensión trasera no lleva 2 amortiguadores, uno a cada lado de la rueda como era normal en la época, sino que lleva sólo uno central, como en la mayoría de motos actuales.
*Rueda trasera
Otra solución genial, … gracias a contar con un basculante monobrazo, y al amortiguador central, la rueda trasera queda muy accesible y se puede desmontar como en un coche, simplemente desenroscando 4 tornillos.
*Otros detalles peculiares
La ubicación del cilindro (central), carburador y escape, palanca y accionamiento de la puesta en marcha…la moto está llena de detalles que denotan la genialidad de Jaume Llobera. No quiso seguir lo que hacía todo el mundo, sino que siempre buscó su propio camino, con ideas peculiares e innovadoras.
Desenlace y final de la historia
Visto hoy, el proyecto fue un éxito técnico, pero un fracaso en lo comercial. Todo el planteamiento se había hecho para vender muchas unidades, pero apenas se vendieron 7 motos en 2 años, desde 1955 hasta 1957. Cada unidad se vendía por unas 23.000 pesetas, era un precio más que razonable para una moto así, y seguramente fue una escasa red de distribución comercial lo que mermó sus ventas. Finalmente falló la financiación de su socio capitalista y Jaume Llobera tuvo que abandonar el proyecto.
Siendo un gran técnico como era le falló la vertiente económica y comercial, y entonces tuvo que volverse a dedicar plenamente a la maquinaria para el calzado y otras invenciones.
Actualmente, ¿Cuántas Coronat quedan?
Tenemos constancia de que se matricularon 7 unidades de motos Coronat, la primera en 1955 (PM-10.521) y la última en 1957 (PM-22.572).
Actualmente no se sabe a dónde han ido a parar todas ellas, pero sí que tanto en el “Museo de la moto española” de Alcalá de Henares como el “Museo de la moto” de Basella (Lérida) tienen sendos ejemplares.
Conclusión
Quizás si una persona con gran inventiva como Jaume Llobera hubiera nacido y vivido en una zona con más peso industrial, como Cataluña o País Vasco, y no en una pequeña isla como Mallorca, hubiera tenido a su alcance muchos más medios, técnicos y financieros. Nunca sabremos a dónde hubiera podido llegar, pero quedémonos con esto y admiremos la maravillosa máquina que nos legó, la Coronat.
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