Valldemossa
La mayoría de personas que vienen a Mallorca por primera vez, sólo tienen en mente una imagen de lo típico en una isla: Costa, mar, sol y playas… pero si son un poco inquietos, deciden conocer un poco más, salir de las típicas zonas más turísticas y acercarse hasta la Serra de Tramuntana, se sorprenden mucho. Sobre todo si llegan hasta Valldemossa. En este post os explicaremos algunas cosas de este precioso pueblo en la montaña.
Origen del nombre
Si vamos separando las palabras que componen Valldemossa, parece que se traduciría por “Valle de Mossa”, siendo lo más curioso ese nombre de “Mossa”.
Hasta la conquista del rey Jaime I en 1229, la isla estaba dominada por los musulmanes y organizada a base de alquerías. Parece ser que una de esas alquerías había sido fundada o pertenecía a un noble musulmán llamado Mussa. Con los años el nombre fue derivando hasta el actual Valldemossa.
Un lugar idílico
Saliendo de Palma por la carretera Ma-1110, al cabo de unos escasos 20 kilómetros estaremos ya en Valldemossa. Un precioso pueblo de apenas 2000 habitantes, en un entorno totalmente diferente, pues ya estamos en la Serra de Tramuntana. Montañas, vegetación frondosa y habitualmente, un ambiente más fresco y húmedo que en la ciudad. En invierno se respira tranquilidad y sosiego, todo invita a pasear. Muchas fachadas y calles están empedradas y son muy coloridas, pues proliferan las macetas llenas de flores.
La Cartuja de Valldemossa
Este magnífico edificio es el punto más emblemático a visitar en Valldemossa. No solamente tiene unas vistas espectaculares, sino que además tiene mucha historia acumulada. Fue el rey Jaime II de Mallorca (SXIII-XIV), el que decidió construir una residencia para su hijo, quien más tarde también sería rey con el nombre de Sancho I.
La construcción seguramente se hizo sobre lo que fueran las antiguas posesiones del noble árabe Mussa y que después se llamó el “Palacio del rey Sancho”. Posteriormente el edificio fue a parar a manos de los monjes cartujos, de ahí el nombre de Cartuja de Valldemossa.
Inquilinos famosos
La Cartuja ha tenido muchos personajes célebres que han pasado temporadas viviendo allí y disfrutando de la tranquilidad de Valldemossa: Los escritores Gaspar Melchor de Jovellanos, Rubén Darío, Jorge Luis Borges, Azorín, Unamuno, Santiago Rusiñol… Pero seguramente del que más se sabe que estuvo allí fue del pianista Frederic Chopin.
Frederic Chopin y Valldemossa
El famoso pianista polaco pasó junto a su mujer, George Sand, el invierno entre 1838 y 1839 alojado en la Cartuja. Al parecer Chopin estaba enfermo de tuberculosis y los médicos le habían aconsejado el clima de Mallorca. Sin embargo ese invierno fue especialmente lluvioso y Valldemossa es un lugar húmedo, lo que agravó la salud del músico. Su estancia en la isla no fue especialmente agradable, como escribió George Sand en su libro “Un Invierno en Mallorca”. Una sociedad cerrada y conservadora no hizo fácil la vida de un artista acompañado de una mujer separada, que fumaba y que vestía pantalones…
Aún así Chopin pudo componer en Valldemossa su conocida obra, Preludios, op 28
Valldemossa hoy
Si vienes a Mallorca, no puedes dejar de visitar este precioso pueblo y pasearte unas horas por él. Te llamarán la atención sus callejuelas empedradas, y en casi todas las casas junto a la puerta, las curiosas baldosas dedicadas a “Santa Catalina Thomás”.
Y si te gusta probar cosas nuevas de comer, no te olvides de la especialidad local, ¡las famosas cocas de patata!