Los franceses de Cabrera
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Los franceses de Cabrera

Más o menos todos ubicamos Mallorca, Menorca, Ibiza o incluso Formentera. Pero quizás no tanto Cabrera, porque aunque es otra isla de las Baleares, es tan pequeña que no tiene ningún tipo de infraestructura turística. Sin embargo, tiene una historia impresionante y también muy dura. En este post te hablaremos de los franceses de Cabrera.

La foto de portada muestra el Castillo de Cabrera.

Una pequeña isla

Cabrera está muy cerquita de la costa sur de Mallorca, solamente a 11 millas de la Colonia de Sant Jordi, y es muy pequeña, pues apenas tiene 16 km2. Rocas, matorrales y pinos son lo que define su paisaje, pero no hay mucho más. El clima es seco, los veranos muy calurosos y el agua escasea, así que la vida allí no es fácil.

Los franceses de Cabrera
Carta topográfica isla de Cabrera

Un poco de historia antigua

Al estar Cabrera en un lugar clave del tráfico comercial, fue visitada por las distintas civilizaciones que en la antigüedad dominaron el mar Mediterráneo: fenicios, cartagineses, romanos y bizantinos. Más tarde fueron los piratas del norte de Africa quienes utilizaron la isla como base para atacar Mallorca.

Siglo XIX y Napoleón

En 1799 Napoleón Bonaparte accedió al poder en Francia, y esto marcó totalmente la entrada de Europa en el S XIX. Además de reformador de la sociedad, Napoleón fue un excelente estratega militar y durante casi 15 años dominó toda la Europa occidental y central. España tampoco escaparía a sus afanes de expansión y a finales de 1807 sus tropas entraron en la Península Ibérica con la excusa de conquistar Portugal.

Año 1808

Tras ir ocupando varias ciudades en el norte de España, oficialmente como aliado del gobierno de España, la presencia de los franceses se hace cada vez más incómoda. Surgen algunas protestas espontáneas y finalmente, el 2 de Mayo, se inicia un levantamiento popular en Madrid que poco a poco se extiende al resto del país.

Estalla la guerra de Independencia

España no cuenta con un ejército tan potente como el francés, pero el pueblo español es muy valiente y ataca a los invasores con todo lo que tiene. Con navajas, con piedras o macetas desde los balcones. Todo sirve. Las mujeres también colaboran y muchas pierden la vida. ¡Hay que echar a los franceses, sea como sea!

La batalla de Bailén

A pesar de las revueltas populares, los franceses siguen avanzando en España. Nuestro ejército también está dispuesto a defender el país y en julio de 1808 se libra una gran batalla en Bailén, en la provincia de Jaén. El general francés Dupont, con unos 20.000 soldados, se enfrenta a las tropas del general Castaños que mandaba a unos 27.000. El calor era insoportable y los franceses no estaban muy acostumbrados a esas temperaturas. Nuestro ejército luchó con gran valor, ayudado por la población local que le estuvo suministrando agua y todo lo que podía. Al cabo de varias horas de combates, el orgulloso ejército francés tuvo que rendirse. Fue su primera gran derrota.

Los franceses de Cabrera
Rendición de Bailén (de José Casado del Alisal) en el Museo del Prado

18.000 prisioneros

Ese fue el número de franceses capturados. ¿Qué hacer con ellos? En principio se les confinó en pontones en la bahía de Cádiz, pero la mala alimentación y las enfermedades ya hicieron estragos. Los ciudadanos de Cádiz protestaron, había que llevárselos a otro lugar, así que se decidió llevar una parte a Canarias y otros a Mallorca. Aquí también generaron polémica y se encontró una drástica solución. Dejarlos en Cabrera.

cala de Cabrera

Los franceses llegan a Cabrera

Los principios fueron duros, no había edificios para resguardarse, apenas había agua y la comida se traía desde Mallorca cada 4/5 días… algo de pan, legumbres y aceite. A todas luces insuficiente para cerca de 10.000 personas. Pero los franceses tenían la esperanza de que fuera algo temporal. Los oficiales organizaron huertos, pesca y algunas rudimentarias cabañas. Pero de todas maneras, la vida en Cabrera era una pesadilla, un auténtico infierno.

Las primeras consecuencias

Los cultivos apenas daban de sí, la pesca era difícil y los víveres que llegaban no bastaban. El hambre era feroz. Los robos se multiplicaban. También la violencia y los suicidios. Las enfermedades afectaban a casi todos y muchos morían. Los cadáveres se amontonaban pero como no había ni herramientas ni energía para enterrarlos, se optó por ir quemándolos…

fauna
lagartija de Cabrera

El hambre, el hambre, el hambre  

La obsesión del hambre empujaba a los prisioneros a comer lagartijas, insectos o cualquier criatura viviente que encontrasen. A medida que el hambre se agudizaba y la situación  empeoraba, algunos decidieron comerse lo que podían sacar de los cadáveres de sus compatriotas. Otros preferían la carne más fresca, buscaron una víctima, la asesinaron y practicaron el canibalismo.

Los franceses de Cabrera
Grabado de franceses en Castillo de Cabrera

Fin de la tragedia

Hubo intentos de fuga, pero muy pocos lo consiguieron, la extrema debilidad y las corrientes del mar lo hacían extremadamente difícil. Pero hasta la peor de las pesadillas tiene un final y en Abril de 1814 acabó la guerra de Independencia. Al cabo de un mes fueron rescatados los que pudieron superar este infierno, según algunas estimaciones, poco más de 3000.

Si te gusta la historia y quieres saber más sobre estos hechos te recomendamos el libro “Los franceses de Cabrera” de Pierre Pellissier y Jerome Phelipeau.

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