Nazis en Mallorca
Se dice que actualmente Mallorca es una isla muy cosmopolita, pues hay gentes de todos los orígenes imaginables. Y entre ellos, lógicamente, muchos provenientes de Europa, ya sean rumanos, italianos, británicos, suecos o alemanes. Quizás éstos últimos son los más abundantes, bien sean simples turistas, o ciudadanos con residencia establecida aquí. Seguramente pensamos que los primeros alemanes empezaron a venir en los años 60, con el boom turístico, pero en realidad ya lo hacían mucho antes, aunque en pequeño número. Venían por distintas circunstancias, y los que por motivos históricos hoy en día nos llaman mucho la atención son un grupo muy concreto. Hoy hablaremos de los nazis en Mallorca.
El movimiento nazi
Tras la primera guerra mundial (1914-18) y siendo Alemania derrotada, el tratado de Versalles estableció unas durísimas condiciones para los perdedores. Los años ’20 supusieron para Alemania una fuerte crisis económica y social y el surgimiento de muchos movimientos y protestas ciudadanas. El caldo de cultivo ideal para una ideología, la nacionalsocialista, que prometía estabilidad, progreso y unos valores para cohesionar la sociedad.
En 1923 Adolf Hitler ya intentó un golpe de estado que fracasó y que supuso su ingreso en prisión, donde escribió su libro “Mein Kampf”. Una vez fuera, siguieron sus intentos de acometer el poder, aunque ahora siguiendo los cauces democráticos, las correspondientes elecciones. El crack de 1929, el agravamiento de la situación económica y la excelente oratoria de Hitler propiciaron que el partido nazi fuera escalando posiciones dentro del país.
En enero de 1933 Hitler consiguió ser nombrado canciller de Alemania y en las elecciones de marzo del mismo año ya obtuvo un 44% de los votos. No la mayoría, pero si lo suficiente para que con malas artes se fuera eliminando a la oposición e ir acumulando poder. Cuando en agosto de 1934 murió el presidente de la república, Hindenburg, Hitler se hizo con las riendas del país. Ahí empezó lo que tenía que durar 1000 años, el III Reich alemán.
Primeros alemanes y nazis en Mallorca
En los años ’30 ya había unos 3000 ciudadanos alemanes registrados en Palma, y en toda la isla se calcula que eran unos 9000. Los había de todo tipo de ideología y tendencias políticas y muchos habían venido simplemente a establecer negocios, como la muy conocida “Relojería alemana” fundada en Palma por Wilhelm Krug en 1879.
En junio de 1932, y antes de que Hitler subiera al poder, ya se constituyó en Palma, en una casa en la zona de El Terreno, la “Asociación de alemanes residentes”. Era una manera de confraternizar con compatriotas, organizar salidas al campo, excursiones y eventos culturales, en los que eran habituales la simbología nazi y las fotos de su líder, Adolf Hitler. En realidad, se trataba de una delegación del NSDAP (Partido nacionalsocialista obrero alemán), uno más de sus tentáculos para extender su poder.
El consulado alemán estaba ubicado en plena plaza Cort de Palma, donde se estableció el cónsul Hans Dede ya en 1932. Además de las actividades consulares típicas, desde ahí se iban controlando y marcando a ciudadanos alemanes en Mallorca y contrarios al nazismo, muy posiblemente con la ayuda de la Gestapo. A modo de ejemplo tenemos a Anton E. Zischka, que bajo la apariencia de ser un simple periodista residente en cala Sant Vicenç, actuó como agente de la Gestapo e incluso coordinó el suministro a los submarinos alemanes que durante la II guerra mundial operaban en el Mediterráneo.
Los nazis alemanes, muy conocidos por su buena organización, fueron poco a poco ampliando sus redes y entramado de control, apoyándose en los falangistas locales. Así fueron detenidos y encarcelados varios intelectuales y opositores residentes en la isla. La maquinaria de represión nazi no descansaba nunca.
La Legión Cóndor en Mallorca
En Julio de 1936 estalló la guerra civil en España y los sublevados contra la República rápidamente pidieron ayuda a la Italia de Mussolini y a la Alemania de Hitler. Este último reaccionó rápidamente y envió a un grupo de voluntarios, la “Legión Cóndor”, principalmente aviadores, que se establecerían en distintas bases en España. Una de ellas fue el puerto de Pollensa, a donde se destinaron unos 110 militares y 16 aviones del tipo Heinkel 59 y Heinkel 60. Estos aparatos biplano eran hidroaviones con los cuales se hicieron raids aéreos de bombardeo contra Barcelona, Tarragona, Valencia y otros puntos estratégicos de la costa de Levante.
Hidroavión de la Legión Cóndor en Pollença – extraído del libro de Walter Weiss «Legión Cóndor – informes, fotos, documentos, hechos»
El nazismo expansionista
La ideología nazi proclamaba la superioridad de la raza aria sobre las demás, y muy especialmente, la eliminación de otros colectivos considerados como inferiores (judíos, gitanos, etc). También propugnaba la necesidad de un mayor espacio para Alemania, el “espacio vital” y con tal razón se anexionaron territorios que consideraban debían ser parte del III Reich. Así por ejemplo Austria, o Bohemia-Moravia en la Checoslovaquia de entonces. Aún así, esto no bastó, y en 1939 la Alemania nazi, con falsos pretextos, invadió Polonia y se inició así la II guerra mundial.
El ejército alemán era muy poderoso, disciplinado, efectivo y contaba con modernas armas y tácticas revolucionarias (“Blitzkrieg”), que le permitieron en poco tiempo conquistar gran parte de Europa y norte de África. Aún así, los aliados contaban con potencias extraordinarias que, por el Este (la URSS) y por el Oeste (principalmente USA y UK) lograron atenazar a la Alemania nazi y finalmente derrotarla en 1945.
Derrota y desbandada general
Vencido el nazismo, las potencias vencedoras se esforzaron en capturar al máximo número de dirigentes nazis para juzgarlos. Aunque algunos de los más prominentes se suicidaron antes (el mismo Hitler, pero también Goebbels y Himmler), consiguieron llevar ante un tribunal militar internacional en Nuremberg a muchos otros. Entre ellos a Göring, Dönitz, Hess, von Ribbentrop, Speer … hasta un total de más de 600 personas acusadas de crímenes de guerra y crímenes contra la Humanidad.
Pero aparte de las cabezas más visibles, había cientos, sino miles, de jefes, mandos y colaboradores del nazismo que no eran tan famosos y que sabiendo que, tarde o temprano, serían identificados, decidieron escapar de Alemania y comenzar una nueva vida en algún otro lugar.
El refugio preferido fueron países de América del Sur, Brasil, Paraguay y muy especialmente la Argentina del general Perón, que acogió a multitud de nazis huidos. Algunos otros prefirieron quedarse en Europa, y la España de Franco era una opción bastante tranquila y segura. Según informes de los aliados hipotéticamente pudieron ser hasta 40.000 los nazis acogidos aquí, bien para quedarse o bien para dar el salto hasta Sudamérica. Y dentro de nuestro país, hubo varios que eligieron Mallorca.
Nazis en Mallorca
No se sabe exactamente cuántos exdirigentes nazis fueron a parar a España, ni tampoco a Mallorca. La mayoría de ellos seguramente quisieron pasar lo más desapercibido posible, pero algunos eran ya bastante conocidos, como Ernst Chlan o el asombroso Otto Skorzeny.
Ernst Chlan
Nacido en 1912, estudió Derecho en Viena y entre 1933 y 1934 trabajó en el campo de concentración de Dachau. Una vez finalizados sus estudios, participó en las deportaciones de judíos. Acabada la guerra, huyó a Sudamérica con identidad falsa y al parecer, regresó a Europa en 1955 y se dedicó a trabajar en turismo en la compañía Scharnow-Reisen. En los años ’60 estuvo destinado en Mallorca, etapa en la que sus subordinados y compañeros de trabajo hablaban muy bien de él. Más tarde la compañía pasó a ser la hoy famosa Tui, donde Chlan continuó trabajando hasta 1971, cuando fue sustituido en su cargo. Regresó entonces a Innsbruck y falleció en 1992 con 80 años.
Otto Skorzeny
Nacido en 1908 en Viena, la vida de este gigantón de casi 2 metros de altura fue impresionante, llena de aventuras y peripecias. No bastarían 5 libros para detallarlas, pero aquí te daremos unas pinceladas. Estudió Ingeniería en Viena y mientras estudiaba se apuntó a practicar la esgrima, siendo herido en uno de los duelos en que participó. La marca en la mejilla le acompañó de por vida y le valió el apodo de “cara cortada”. En 1931 se unió al movimiento nazi en Austria.
Cuando estalló la 2ª guerra mundial se presentó voluntario para piloto en la Luftwaffe, aunque fue descartado por ser demasiado alto, para encajar bien en una cabina de vuelo. Fue destinado al ejército de tierra, estando en los frentes de Francia, Países Bajos, Balcanes y Rusia, donde fue un intrépido y astuto combatiente de las SS. Fue herido y entonces enviado a la inteligencia militar, pasando después a las tropas especiales encargadas de sabotajes, guerrilla y similares.
Otto Skorzeny – operaciones especiales
En ese momento Hitler le encarga la misión que le haría famoso: el rescate de Mussolini, en paradero desconocido. Se organizó una espectacular operación con planeadores y comandos paracaidistas, ya que el dictador italiano estaba confinado en un hotel en la montaña del Gran Sasso, en los Apeninos. El resultado fue un sonado éxito, lo que le valió a Skorzeny ser ascendido y condecorado.
Hitler le encargó más tarde otras operaciones muy especiales, como atrapar en Yugoslavia a Tito o la operación Greif…, aun así, el final de la guerra se acercaba y la derrota de Alemania era inevitable. Skorzeny lo intuía y se entregó a los americanos, que lo tuvieron más de 2 años encarcelado.
Cuando quedó libre se marchó a vivir a Madrid, donde trabajó como ingeniero y representante de empresas alemanas haciendo muy buenos negocios, amparado por el régimen franquista. Siendo un hombre acostumbrado a la acción, aún encontró tiempo para trabajar para el dirigente egipcio Nasser, también para el Mossad israelí y hacer de guardaespaldas para Eva Perón….
En fin, una vida trepidante pero que supo compaginar con largas estancias en Mallorca, en una casa en Alcudia. Murió en Madrid en 1975, a los 67 años.
Los recientes movimientos neonazis
Parecía que todo el universo nazi había desaparecido, pero de cuando en cuando surgen nuevos brotes en Alemania. Recientemente, en 2019, fue detenido Michael L. Stiegler, uno de los autodenominados Reichsbürger (Ciudadanos del Reich) por intentar un atentado con bomba en una población en Bavaria. La policía estaba tras su pista y para evitar ser capturado huyó de Alemania y se refugió en un lujoso chalet en Paguera. Este tipo de ideología no está extinta y estando Mallorca tan ligada a Alemania, es relativamente fácil que tengamos individuos de este estilo en la isla.
¿Quieres saber más sobre toda esta apasionante historia?
Te recomendamos el libro de Alexander Sepasgosarian, “Mallorca bajo la cruz gamada, 1933 – 1945” o el documental sobre Otto Skorzeny “El hombre más peligroso de Europa”
Tal vez te interese el tema de los hidroaviones, y te apetezca leer algo sobre hidroaviones en Mallorca, si es así, sigue el enlace: Hidroaviones en Mallorca – Productes de Mallorca