Llaut la Balear
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Vuelta a Mallorca en Llaut

Imaginémonos a 9 amigos, ya con una edad y estabilidad económica que permite disfrutar más de los placeres de la vida. Comer bien es uno de ellos, y viajar y buscar aventuras otro gran aliciente.  Sigamos imaginando… un caluroso día del verano de 1899, en el que nuestros protagonistas se reúnen, y después de disfrutar de una buena comilona, de una charla y risas juntos, deciden que hay seguir aprovechando el verano. Están en un pueblo de la costa sureste de Mallorca, allí donde el mar es más azul, luminoso y cristalino, el Mediterráneo en estado puro. La idea es dar la vuelta a la isla navegando, comiendo y durmiendo allí donde se tercie, en pleno contacto con la naturaleza y el mar. Una expedición para descubrir la isla, vivir mil y una anécdotas y reforzar su amistad. En este post explicaremos lo que fue la vuelta a Mallorca en Llaut, año 1899.

Llaüt a vela en la bahía de Palma

AÑO 1899, LA EPOCA, CONTEXTO HISTORICO

España está en una profunda crisis, económica y moral, pues en 1898 se habían perdido las últimas colonias del que fue el gran imperio español: Filipinas, Puerto Rico y Cuba. El rey Alfonso XII había fallecido pocos años antes, y su esposa, la reina Maria Cristina, había quedado como regente provisional del país hasta que su hijo Alfonso pudiera ser rey. Los gobiernos tan solo duran unos meses y el presidente va cambiando cada poco, eran tiempos muy convulsos para España.

En Mallorca las cosas tampoco eran fáciles, pues las colonias y los soldados allí destinados eran un gran mercado para el calzado y textiles que se fabricaban en la isla. Toda esa fuente de trabajo e ingresos desaparecieron al perderse los territorios de ultramar. Por aquel entonces se dependía mucho del campo y la agricultura, y en 1891 la epidemia de filoxera que ya había arrasado los viñedos en Europa, también llegó a Mallorca. El desastre fue mayúsculo y la producción de uvas cayó en más de un 90 %, por lo que la exportación de vino a Francia se detuvo bruscamente, e infinidad de trabajadores se quedaron sin trabajo. La consecuencia final fue que miles de mallorquines tuvieron que emigrar, ya fuera a Francia, Argelia o América.    

LA HISTORIA, ¿COMO HEMOS SABIDO DE ELLA?

En cualquier historia de éxito se combinan siempre inspiración, buen trabajo y una cierta dosis de suerte. La inspiración porque un grupo de amigos, que estando inspirados y de buen humor decidieron organizar esta aventura. El trabajo, laborioso y detallado, que hizo el escribano, para redactar todo lo que iba pasando a diario. Y, sobre todo, la suerte, que hizo que después de más de 100 años Sebastián Adrover encontrara en un desván de casa unas cajas con el manuscrito original de esta aventura. Sebastián leyó con gran interés estos documentos, que eran varios: Acta del proyecto / Diario / Cuenta de la despensa / Libro de caja y Firmas en las cuevas de Artá.

Quedó fascinado por la historia y se decidió a reunir a varios expertos en distintas materias. El objetivo era publicar un libro conmemorativo de la vuelta a Mallorca en Llaut de 1899, con aportaciones de distintos colaboradores para temas históricos, náuticos o gastronómicos. Esto se logró en 2023, y el resultado es la preciosa edición con el título “9 – Diario de la expedición santañinera alrededor de la isla de Mallorca“  publicado por El Gall Editor.

LOS PROTAGONISTAS DE LA EXPEDICION

Varios amigos, parte del “Grupo excursionista de la villa de Santanyí”, con un nivel socio-cultural alto como se aprecia en el documento original, bien redactado y que cuenta con una caligrafía muy elegante y pulida. Seguramente también tenían una situación económica acomodada, ya que en la época la gente normal dedicaba casi la totalidad de su tiempo a trabajar para sustentar a sus familias y poco espacio quedaba para ocio y vacaciones. Como grupo debían ser inquietos y divertidos ya que destaca un tono irónico y alegre en los escritos, pues sabiendo lo mucho que disfrutan de encuentros y comilonas se autodenominan como miembros del “Real gremio de atiborradores”.

EL PROYECTO

En un acta firmada el 25 de junio 1899 deciden que van a emprender la vuelta a Mallorca en un Llaut, y con un enfoque jocoso, se reparten unas funciones para la expedición: ¿Quién será el comodoro? El jefe al que obedecer… no hay duda y será Nicolau Clar. ¿Quién será el capitán de la barca? Pues Jaume Antich. Otros cargos muy importantes, como el manejo de los dineros, que quedará en manos de Llorenç Bonet, “el bolsero”, Toni Vadell, el cocinero, u otros más peculiares como “un intrépido” (Pere Bordoy) o “El tocador de cuerno” (Jaume Antoni Clar) también serán nominados.              

Cada uno de los participantes aportará 55 pesetas, lo que hará un presupuesto total de 495 pesetas que servirán para comprar provisiones o hacer frente a otros gastos que vayan surgiendo durante el viaje.  A modo de referencia, señalar que un trabajador del campo ganaba aproximadamente 1,50 pesetas al día.

EL BARCO, CARACTERISTICAS

La expedición se hizo en un Llaüt, una embarcación muy típica en el Mediterráneo y también en nuestra isla. El “San Miguel” estaba construido en madera y seguramente se trataba de un Llaüt costero, de carga o de pasajeros.  Teniendo en cuenta el número de tripulantes que viajaron y otros detalles que se cuentan en el diario de a bordo, tendría posiblemente entre 12 -13 metros de eslora (longitud) y unos 4 metros de manga (anchura).  Se construían aquí mismo, en Mallorca, por los reconocidos “Mestres d’aixa” y en aquellos tiempos no disponían de motor alguno, sino que navegaban a vela. Podían contar con 1, 2 ó hasta 3 palos, aparejados con vela latina, mientras que la proa era recta y la popa redondeada. La distribución más habitual eran 3 camarotes en proa, 1 cámara en popa que hacía las veces de comedor o salón y hasta 4 camarotes laterales. Lo normal es que fueran de color blanco, y el conjunto era siempre una embarcación muy marinera, con una imagen clásica y elegante.

proa del llaut a vela
aparejo de proa del llaut a vela

En el siguiente enlace hablamos con más detenimiento de los llaüts:

https://productesdemallorca.es/el-llaut/

LAS PROVISIONES A BORDO

En aquellos tiempos no existían los sistemas de entrega de comida a domicilio, ni las neveras o congeladores actuales y por supuesto tampoco había toda una red de supermercados costeros donde aprovisionarse. Aunque se iba a ir navegando siempre bastante cerca de tierra, los integrantes de la expedición tenían muy bien calculado el suministro de productos de alimentación. No hay que olvidar que se autodenominaban como miembros del “Real grupo de atiborradores” y que el buen comer no tenía que faltar. Y de esta manera, según los documentos, sabemos que cargaron trigo, harina, arroz, fideos, piñones, vino, aguardiente, té, camomila, patatas, cebollas, pimientos, especias, sal, aceite, manteca, queso, huevos, sobrasada y un cabrito desollado. Además de esto una cazuela, vasos, leña, mechas, y lógicamente colchón y manta para dormir y sombreros de palma para combatir el sol de verano.  Como aparte de pasarlo bien, lo importante era no pasar hambre, también fueron haciendo distintas compras en pequeños comercios en los puertos en los que fueron recalando.

Sigue el enlace para leer curiosidades sobre la alimentación de los antiguos marinos:

https://productesdemallorca.es/alimentacion-de-los-marinos/

Llaüts en Porto Cristo

¡¡ARRANCAMOS!!  RUTA, PARADAS y FINAL

Al día siguiente de la festividad de San Jaime, 26 de Julio de 1899, la expedición parte desde Sa Cala, en el sureste de Mallorca. La isla la circunvalarán en el sentido contrario a las agujas del reloj, con rumbo norte.

El cronista, Miquel Clar, va tomando nota en el Diario de lo que pasa a bordo, y relata las etapas que van haciendo: Cala Santanyí, Porto Petro, Porto Cristo, Cala Canyamel, Cala Ratjada, Puerto de Alcudia, Cabo Formentor, Torrent de Pareis, Sa Calobra, Port de Sóller, Banyalbufar, La Dragonera y Puerto de Andraitx. Destacan muy especialmente las paradas con visita que hicieron a las cuevas de Porto Cristo y a las cuevas de Artà, que se relatan con mucho detalle.

El Diario acaba repentinamente el día 5 de agosto, con las últimas anotaciones acerca del puerto de Andraitx. No sabemos si se perdieron las hojas siguientes, si el escribano ya no quiso continuar su labor o que simplemente discutieron y pusieron fin a la expedición, aunque tenemos constancia por la cuenta de la despensa que, varios días después, aún compraron 2 melones en Palma. El día 13 de Agosto de 1899, se liquida todo y se cierran en Santanyí las cuentas del viaje.

Llegando a Cabrera se encontraron con el vapor «Menorquín»

UNA ANECDOTA

El Diario se puede leer en unas pocas horas, un placer que te ubica muy bien en la época y en situaciones concretas que experimentaron. Una existencia más simple y sosegada, menos tecnificada, pero no exenta de muchos de los alicientes de la vida, como podemos ver en esta pequeña anécdota:

Al llegar a Alcudia, los viajeros se separan en 2 grupos para visitar la localidad y, al volverse a reunir, uno de ellos le presenta al “bolsero” un resumen de los gastos realizados en tierra: 

“…por 2 kilos de carne – 12 reals / Por dos copas de aguardiente – 10 céntimos / El moraduix nos lo ha regalado una muchacha / Por compromiso de ver a dos muchachas hemos tenido que entrar en un establecimiento y hemos gastado por ellas y nosotros, un real / Por una cuerda para la mingüela para divertir a estas dos muchachas – 10 céntimos …”

Quizás algunos aún estaban solteros, o quizás no, pero lo que es evidente es que conocer a alguna chica simpática también formaba parte de viajes y aventura …

aparejo del llaut la Balear
aparejo de llaut a vela

CONCLUSION

En 1899 Palma era una ciudad con poco más de 62.000 habitantes, mientras que actualmente, en 2024, tiene ya más de 423.000. Muchos más que los que vivían en toda la isla de Mallorca por entonces, unos 245.000 en total.  Podemos imaginarnos entonces una sociedad muy provinciana, en gran parte rural, y una época en la que muchos mallorquines que vivían en pueblos del interior nunca habían, siquiera, visto el mar.  Circunvalar la isla debió ser pues una buena aventura y el descubrir otros pueblos, como por ejemplo el remoto Sóller, fue todo un acontecimiento para nuestros viajeros.  El manuscrito original nos da una magnífica visión de lo que era la isla por entonces, el ínfimo coste de las cosas, el sencillo transporte en mulas y carros, las primeras “máquinas de retratar” (fotografía) o del uso del teléfono, la gran importancia de la religión cristiana en todos los ámbitos … En definitiva, todo un retrato escrito de una época ya pasada.

Para quien disfrute del placer de leer, le recomendamos el libro, ya antes mencionado, de Sebastián A. Adrover Vicens: “9 – Diario de la expedición santañinera alrededor de la isla de Mallorca“, en el cual nos hemos basado para escribir este post.

Y para quien, además, quiera acompañar esta lectura con un buen vino, puede probar una de las botellas de vino de Mallorca, del celler Son Alegre y dedicadas expresamente a esta expedición.

Vinos del Celler Son Alegre conmemorando la aventura

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