El celler mallorquín
Siempre se ha dicho que en toda la cuenca del Mediterráneo se come muy bien porque tenemos de todo, buen pescado, buena carne, buenas frutas y verduras. Pero sobre todo, porque tenemos una tradición centenaria para combinar muy bien todos estos ingredientes de calidad. Y aquí en Mallorca el mejor lugar para degustar la típica cocina mallorquina es, sin duda, el celler mallorquín.
Celler, origen de la palabra
El origen de la palabra celler está bastante claro, pues proviene del latín cellarium, que significa almacén o despensa. Seguramente una de las cosas que se almacenaba en el cellarium era vino, y de ahí que en algunos idiomas la palabra se ha ido relacionando con el vino. En inglés, cellar es eso, un almacén o bodega de vino. Y en mallorquín un celler puede ser dos cosas: una bodega de vino, o un restaurante típico de la isla.
Celler de vino
Al parecer fueron los romanos quienes introdujeron el cultivo de la viña en Mallorca, y lógicamente, la elaboración de vino. Nos situamos en más de 2000 años atrás, pues fue el político y militar romano, Quinto Cecilio Metelo quien en el año 123 a.C empezó la conquista de las Islas Baleares.
Mucho más tarde, pasada la época islámica, la viña y el vino vuelven a cobrar auge y ya en el siglo XIV se documentan los primeros celleres de vino. Pertenecían al rey y a la Iglesia, y hay referencias a ellos en Palma, Inca y Alcudia. En los siglos siguientes, XV y XVI, se menciona también a Felanitx como pueblo importante en la elaboración de vino. Es a partir del siglo XVII cuando el cultivo de la viña se extiende ya de manera importante en la isla. Desde ahí hasta nuestros días ha habido altos y bajos, y actualmente hay registrados más de 80 celleres o bodegas de vino.
Celler – restaurante
Viviendo en Mallorca es habitual recibir la visita de amigos y conocidos en la isla. Y siempre surge la cuestión ¿A dónde los llevo? ¿Cómo los entretengo?
Pues aparte de las típicas visitas turísticas, uno de mis recursos favoritos es ir a un celler típico mallorquín. Suele gustar mucho, tanto la ambientación como la comida tradicional, que ya no se encuentra tan fácilmente en muchos restaurantes de la isla.
El celler mallorquin suele estar en la parte baja de un edificio, y se accede bajando unas escaleritas. Esto garantiza que cuando hace calor, la temperatura siempre es más fresquita que a pie de calle. La ambientación es tradicional y algo rústica. El comedor está rodeado de unas botas de vino circulares, son las botas congrenyades hechas con madera de encina y acebuche. Son grandes, muy grandes, con una capacidad entre 1500 y 4000 litros, y se colocan encima de bloques de piedra para que no puedan moverse.
Ahí se guardaba y se despachaba el vino, en venta para todo aquel que con sus propias garrafas se acercaba a comprarlo. Aprovechando la afluencia de clientes se ofrecían también algunas comidas. Poco a poco el negocio de la comida fue subiendo y la venta de vino a granel bajando, asi que los cellers quedaron finalmente reconvertidos en restaurantes.
¿Qué se puede comer en un celler?
Sobre todo comida típica mallorquina: Sopas mallorquinas, caracoles con all i oli, tumbet, frito de matanzas, lomo con col, porcella, gató con helado de almendra…
¿Y dónde están esos cellers?
En Palma, o en algunos pueblos del interior como Inca, Petra o Sineu. Entre los más conocidos de la isla están el Celler Sa Premsa en Palma o el Celler Can Ripoll en Inca.
Los caracoles son un plato tan tradicional en Mallorca que no deberías perder la oportunidad de probarlos. Nuestro artículo anterior da buena cuenta de ellos. Visita el artículo sobre los caracoles con «all i oli»: Caracoles con «all i oli»