Cómo hacer robiols
Cuando era niño, la Semana Santa era muy esperada, porque significaba unos cuantos días de no tener que ir al colegio y poder disfrutar de estar en casa. Las comidas familiares eran habituales, y uno de los momentos más especiales para los más pequeños era la llegada a la mesa de la bandeja de crespells y robiols. Antes, mi madre los había tenido que esconder porque si no podrían haber desaparecido misteriosamente… Por mi parte, siempre que tenía oportunidad, ayudaba en la cocina para participar en su elaboración. Hoy os enseñaré cómo hacer robiols.
Origen de los robiols
Hay distintas teorías al respecto, pero es muy posible que los robiols tuvieran su origen en Italia. Al parecer, en las cortes renacentistas italianas estaba de moda un tipo de queso, la robiola y el parecido de ambas palabras es evidente. No hay que olvidar que los robiols se hacen rellenos de queso fresco (brossat), aunque también se pueden hacer rellenos de confitura o de cabello de ángel.
Además de esto, la forma del robiol es muy parecida a la de los ravioli, así que parece lógico pensar que la palabra original fue evolucionando con el tiempo y se hizo más mallorquina.
Hoy en día, se le llama tanto rubiols como robiols, pero de cualquier manera, vienen a ser una especie de “empanadilla” y se hacen tanto dulces como salados. Lo habitual es hacerlos al horno pero en ocasiones se fríen en aceite muy caliente.
En Mallorca los robiols y los crespells se consumen durante todo el año, pero es en Semana Santa, y concretamente los días de la Pascua de Resurrección, cuando suelen comerse como postre tras el frito de cordero y las empanadas.
Os explico una antigua receta de robiols y os reto a probarla.
Cómo hacer robiols – receta
Ingredientes para la masa:
1 kg de harina floja
300 g de manteca de cerdo
3 yemas de huevo
300 g de azúcar
1 vaso de zumo de naranja
una tacita de café llena de aceite suave
una pizca de bicarbonato
Ralladura de limón
Ingredientes para el relleno:
A elegir entre:
Crema pastelera
Confitura
Requesón
Crema de cacao
Cabello de ángel
Elaboración:
En un recipiente suficientemente grande, mezcla la manteca y las yemas con la ayuda de un tenedor hasta conseguir una mezcla homogénea.
A continuación añade el azúcar poco a poco, y sigue batiendo hasta que se integre totalmente.
Luego vierte sobre la mezcla el zumo de naranja y vuelve a amalgamar la masa, que adquiere una consistencia suave.
Añade el aceite y vuelve a batir hasta que quede integrado, y luego añade la ralladura de limón (recién rallado, mejor al momento), un pellizco de bicarbonato, y vuelve a batir.
Añade poco a poco la harina pasada por un cedazo para que no haga grumos, e ir batiendo de modo que siempre quede una masa uniforme. Al final la masa no debe pegarse.
Amasa enérgicamente y divídela en porciones con forma de bola. Con la ayuda de un rodillo debes aplanarlas haciendo discos de unos 15 cm de diámetro, hasta que queden con un grosor aproximado de 3 ó 4 milímetros. Si los aplanas sobre un mármol, asegúrate de enharinar antes la superficie para que no se pegue.
Tenemos la masa lista, pasamos al relleno
Añade una cucharada de relleno en el centro y luego cierra el robiol (doblándolo sobre sí mismo de manera que quede la forma de media luna abultada). Esta operación puede resultar complicada la primera vez, ya que la masa se rompe y agrieta con facilidad.
Para facilitar el trabajo, está el truco de hacerlo sobre una hoja de papel de horno o similar, que te permitirá hacer la forma del robiol fácilmente tomando la hoja de horno por la parte superior y arrastrando la masa sobre sí misma haciendo la media luna y dejando el relleno en el interior.
Retira el papel de horno, o la superficie plástica, de encima y con la ayuda de un molde de robiol corta la masa sobrante. Conseguirás el corte tradicional.
Sella el borde del robiol para que no se salga el relleno. Ayúdate de las puntas de un tenedor o de tus propios dedos presionando el borde.
Coloca los robiols sobre una lata de horno previamente untada de aceite o manteca.
Cuece con el horno caliente a 170°C durante 20 minutos (como siempre vigila para que no se quemen, cada horno tiene su secreto).
Espolvorea azúcar glaçe por encima y… a disfrutar del postre.
Hemos hecho un fotograma para hacerlo más entretenido. Lo podéis ver debajo:
Y para los golosos, a continuación un enlace a nuestro post sobre cómo hacer crespells: Cómo hacer crespells