Origen de la sobrasada
Hoy en día la sobrasada nos resulta algo muy cercano, sobre todo a los mallorquines que en muchos casos la han elaborado de manera casera. Pero pocos saben cuál es el origen de la sobrasada, que se remonta a tiempos muy remotos.
Antiguamente en cada casa se engordaba un cerdo, que se sacrificaba y que tenía que ser durante varios meses la reserva de carne para la familia. Por entonces no existían ni neveras ni congeladores, y había que conservar la carne de algún modo. Las técnicas del salado o del prensado eran las más habituales.
En toda Europa surgieron los embutidos, que eran una excelente manera de mantener en buenas condiciones la carne obtenida del cerdo. Normalmente todos estos embutidos necesitan de un ambiente frio y seco para curarse y conservarse adecuadamente, pero en Mallorca, la alta humedad ambiental dificultaba mucho esto. Sin embargo la sobrasada, con su especial proceso de curado, resultó ser la mejor manera de elaborar un embutido para nuestro clima tan peculiar.
Primera referencia escrita conocida
En el siglo XV Sicilia pertenecía a la corona de Aragón, y los intercambios comerciales entre esos territorios eran constantes. La primera referencia escrita que se tiene de la sobrasada aparece en una carta escrita en 1403 por el rey Martín I de Aragón, a su hijo el rey de Sicilia, solicitando que le enviara viandas. Este documento es, pues, el primero del cual se tiene constancia y en el cual se menciona un embutido con el nombre de sobrasada.
Existe un embutido en Italia llamado “soprassata” (palabra que hace referencia al prensado de la carne embutida), pues al elaborarlo se sometía a presión para sacar todo el aire y conseguir así una mejor conservación de la carne. Este sería, según parece, el origen etimológico del nombre, porque evidentemente no tiene mucha más coincidencia con nuestra sobrasada.
Se populariza en Baleares
En el siglo XVI, la sobrasada deviene extremadamente popular en Baleares como una forma de conservar la carne, gracias a la elevada humedad ambiental que favorece tanto la curación como la conservación.
Adquiere su color rojo anaranjado
En el siglo XVIII, gracias a los descubrimientos tras la colonización de América, se introduce en la fórmula de la Sobrasada el pimentón como conservante, adquiriendo la sobrasada su color rojo anaranjado, y también una caducidad mucho más larga.
En la economía rural de Mallorca la sobrasada se convirtió en un elemento fundamental en las despensas, pues abastecía las necesidades de carne durante todo el año.
Tiempos modernos
En 1993 el Consejo Regulador consigue la I.G.P. “Sobrasada de Mallorca”
IGP Sobrasada de Mallorca
Hoy en día continúa siendo el embutido de Mallorca por excelencia, donde el Consejo Regulador de la I.G.P. “Sobrasada de Mallorca” se ocupa de que siga produciéndose con garantías de óptima calidad.
Si quieres saber cómo conservar la sobrasada de Mallorca, sigue el enlace siguiente: Cómo conservar la sobrasada